Los viajes a la Luna podrían pasarle factura a la salud de los astronautas. A esa conclusión ha llegado una nueva investigación que asegura que los que han visitado el satélite terrestre corren un riesgo dos veces mayor de morir prematuramente que la media de los astronautas estadounidenses.
"Dado que no hay una diferencia significativa en la duración de los vuelos y la dosis de radiación a la que están expuestos los astronautas que han volado a la Luna y los que no, se puede sugerir que este resultado es causado por el campo magnético considerablemente reducido de la Luna y que, quizás, esté favorecido por el fuerte estrés emocional que supone un vuelo interplanetario", concluyeron los expertos a cargo de la investigación.
Para extraer estas conclusiones se hizo un análisis de diferentes grupos de astronautas americanos, entre los que se encontraban 36 astronautas que realizaron vuelos orbitales alrededor de la Tierra o un grupo de 23 astronautas que volaron a la Luna y de los que algunos permanecieron entre dos y 75 horas en el satélite, entre otros.
Cabe destacar, por otro lado, que seis de los astronautas de este grupo fallecieron tardíamente: astronautas como John Young, Eugene Cernan, Neil Armstrong, Richard Gordon, Alan Bean y Edward Mitchell fallecieron entre los 82 y los 88 años.