"El jefe del Estado del terror [Bashar] Asad y los efectivos del régimen [sirio] pagarán caro por el vil ataque a los militares turcos", advirtió Oktay, citado por la agencia Anadolu.
Al menos 33 soldados turcos perdieron la vida y una treintena más resultaron heridas en un bombardeo aéreo que el Ejército sirio lanzó el 27 de febrero en la zona de distensión de Idlib, en el noroeste de Siria.
Todos los ministros y altos cargos del Gobierno turco, incluido el jefe de la Organización de Inteligencia Nacional (MIT), Hakan Fidan, se reunieron para analizar la situación, según fuentes de seguridad citadas por el periódico Daily Sabah.
El portavoz de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, confirmó que las tropas de Turquía lanzaron con el apoyo aéreo un ataque de represalia contra todos los objetivos conocidos de las fuerzas gubernamentales sirias, y que continuarán estas operaciones "hasta romper las manos de aquellos que atentan contra nuestra bandera".
El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, dirige en persona la operación.
La tensión en la zona desmilitarizada de Idlib, creada en 2018 por un acuerdo entre los presidentes de Rusia y Turquía, aumentó a principios de febrero debido al intercambio de ataques entre los militares turcos y sirios, en medio de la ofensiva de Damasco para recuperar el control de esa provincia, el último bastión de los grupos terroristas y rebeldes.