Katz se refirió a las afirmaciones que Sanders efectuó el 25 de febrero en un polémico debate en Carolina del Sur, sobre la posibilidad de rectificar el traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, si llega a la Casa Blanca.
Katz aseguró que los que apoyan a Israel no respaldarían la candidatura presidencial de Sanders después de tales comentarios.
La medida, tras el reconocimiento de Trump de Jerusalén como la capital de Israel, indignó a los palestinos y provocó una dramática repercusión en la administración estadounidense.
La decisión de Trump contravino el derecho internacional, que considera ocupada la parte este de Jerusalén, que los palestinos quieren como capital de su futuro Estado.
En una atrevida incursión en la política doméstica estadounidense, Katz aseguró que no hay un judío en el mundo que "no haya soñado con Jerusalén'' y que las palabras de Sanders fueron tan severas que no tuvo más remedio que replicar.
"No intervenimos en el proceso electoral interno estadounidense, que es espléndido'', aclaró Katz a la Radio del Ejército de Israel, antes de señalar que Sanders tenía una larga historia de ataques a Israel y a las cosas más sagradas para su identidad y seguridad nacional.
"Naturalmente, las personas que apoyan a Israel no apoyarán a alguien que vaya en contra de estas cuestiones'', agregó.
Los comentarios de Sanders en el debate se produjeron después de anunciar que no asistiría a la conferencia anual del lobby americano pro-israelí AIPAC, al que llamó "plataforma para la intolerancia''.
Tras sus comentarios, dejó claro que está "muy orgulloso de ser judío'' y señaló cómo había participado como voluntario en la década de 1960 en un kibutz socialista israelí, donde perfeccionó sus inclinaciones izquierdistas. Pero su dura crítica a las políticas israelíes de hoy en día ha generado grandes preocupaciones en Israel sobre su candidatura y muchos de los pro-israelíes han acusado a algunos de los destacados partidarios de Sanders de antisemitismo.