Mubarak gobernó Egipto durante 30 años hasta que se vio obligado a dejar el cargo por las protestas masivas de 2011 en la capital egipcia y otras ciudades del país, en el marco de la llamada 'Primavera Árabe'.
La presidencia de Egipto, que decretó tres días de luto nacional, y las fuerzas armadas lloraron la pérdida del que fue uno de los responsables de las fuerzas aéreas egipcias y al que calificaron de héroe por el papel que desempeñó en la guerra árabe-israelí de 1973, conocida en Egipto como Guerra de Octubre y en Israel como Guerra del Yom Kippur.
Se espera que los principales funcionarios militares de Egipto asistan al funeral, que se celebrará en un barrio oriental de El Cairo, pero no está claro si el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, asistirá al sepelio.
El ataúd de Mubarak se llevará desde la mezquita, donde se realizará el funeral, hasta el cementerio, según informó la televisión estatal.
Algo más de una decena de simpatizantes de Mubarak, vestidos de negro y con carteles del expresidente, se reunieron esta mañana en un complejo de mezquitas en el vecindario oriental de Nuevo Cairo, donde se supone que se trasladará luego el cuerpo de Mubarak para el funeral.
Mubarak fue sentenciado a cadena perpetua por conspirar para asesinar a 239 manifestantes durante la revuelta de 18 días en 2011, pero fue liberado en 2017 después de ser absuelto de los cargos.
En 2015 fue condenado a tres años de cárcel junto a sus dos hijos, Alaa y Gamal, por desviar fondos públicos para mejorar las propiedades familiares.
Mubarak afirmó que la historia lo juzgaría como un patriota que sirvió a su país desinteresadamente, pero para muchos egipcios su tiempo en el poder fue un período de autocracia, corrupción y represión.