El primer ministro, Boris Johnson, adoptó una línea política dura en las negociaciones comerciales con la UE. Hizo levantar las sospechas en el bloque europeo de que Londres podía adoptar un modelo de desarrollo caracterizado por la regulación y por los impuestos bajos. Los conservadores bautizaron esta estrategia como "un Singapur sobre el Támesis". En la UE consideran que este modelo puede presentar un serio desafío económico para el bloque europeo, para sus altos estándares para bienes, para los derechos de los trabajadores, los impuestos y el medioambiente.
En 2018, Lee Hsien Loong, en aquel entonces primer ministro de la pequeña república asiática, advirtió de que el modelo implementado en los conocidos como cuatro tigres asiáticos —Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán— no se puede replicar "en una sociedad distinta". Los gastos gubernamentales, las pensiones y el sistema de salud constituyen entre un 40% y un 45% del PIB del Reino Unido, mientras que en Singapur solo alcanzan entre el 16 y el 17%, recordó el político.
Antonio Moreno, profesor de economía y finanzas de la Universidad de Navarra (España), considera que existe una posibilidad real de que Londres logre crear una especie de Singapur sobre el Támesis.
"El Reino Unido tiene mayores preferencias para una regulación gubernamental baja y menos impuestos (...) que la Europa continental, y eso puede implicar una mayor competencia", apuntó Moreno.
Sin embargo, existe el riesgo de que adoptar dicha estrategia termine con la cohesión social y aumente la desigualdad en el país, añade.
Los conservadores británicos vislumbran en el modelo económico de Singapur "una sociedad en la que una libertad empresarial incontrolada puede ofrecer una buena receta para conseguir un crecimiento económico rápido", subrayó Charles Woolfson, profesor emérito de estudios laborales de la Universidad de Linkoping (Suecia).
"Para el actual Gobierno conservador, liderado por ardientes defensores del libre mercado, un escenario de Singapur podría lograrse creando un entorno favorable para las empresas con ayuda de impuestos sobre sociedades bajos o nulos, salarios pequeños, sindicatos débiles y disposiciones en materia de bienestar vestigiales", explicó.
El modelo de Singapur "es el epítome del libre comercio, con un mercado y un acceso laboral altamente regulados", así es cómo lo describió Christopher Bovis, profesor de negocio internacional en la Universidad de Hull (Reino Unido).
"La mayoría de los socios internacionales, como la Organización Mundial de Comercio y la Unión Europea, ven a Singapur como un modelo para las economías del sudeste asiático que equilibra el libre comercio y la regulación de los factores de producción", aseveró.
Es poco probable que esta estrategia funcione en el Reino Unido, según el experto.
"Singapur es un país pequeño, mientras que el Reino Unido es un país grande con muchas administraciones descentralizadas como Escocia, Gales e Irlanda del Norte", señaló.
A su vez, el analista político Lawk Ghafuri considera que la construcción de un Singapur sobre el Támesis "no es un escenario viable por ahora" porque Londres no es capaz de competir con la UE.
"El Reino Unido y la UE se necesitan el uno al otro, y para ser más específico, el Reino Unido necesita más al bloque europeo que al revés", subrayó.
Las pautas sobre el futuro acuerdo comercial
Los expertos analizaron con Sputnik el posible contenido del acuerdo comercial que podría sellarse entre Bruselas y Londres. Varios observadores destacaron que el Reino Unido y la UE necesitan encontrar una buena fórmula para coexistir de ahora en adelante y que se desgrane por escrito.
Moreno opina que alcanzar un acuerdo comercial con el Reino Unido con los estándares medioambientales y sociales más bajos no tendría ningún sentido para la UE. A su vez, Bovis sugiere que las relaciones entre ambas partes pueden acabar dibujando un acuerdo bilateral que incluya los siguientes parámetros:
- las normas de la Organización Mundial del Comercio;
- un modelo específico que variará entre la Asociación Europea de Libre Comercio y el acuerdo de libre comercio firmado entre Canadá y la UE.
"Se prevé que el Reino Unido firme un acuerdo comercial para seguir teniendo acceso al mercado de la UE, del que depende al menos un 50%", precisó.
Por su parte, Woolfson opina que Londres podría enfrentarse a un gran dilema: mientras que el Gobierno conservador promete que el país podrá concluir libremente los acuerdos comerciales con sus socios en todo el mundo —sobre todo con EEUU— tras haber abandonado la UE, el bloque europeo continuará siendo el mercado más importante para el reino, concluyó.