"Insisto que, presidente, vais a tener en Barcelona la principal aliada para esta etapa de diálogo", trasladó Colau al presidente del Gobierno español en una rueda de prensa tras reunirse ambos en el Ayuntamiento de Barcelona.
Los dos dirigentes comparecieron de forma conjunta después de su encuentro, a diferencia de las intervenciones por separado ante los medios que hicieron Sánchez y el presidente catalán, Quim Torra.
La alcaldesa de Barcelona destacó la importancia de "recuperar la normalidad" en las relaciones entre el Ejecutivo central y la administración de la capital catalana tras la formación del Gobierno de coalición entre el Partido Socialista Obrero (PSOE) y Unidas Podemos.
En la actualidad, Barcelona está gobernada en coalición por los partidos hermanos del PSOE y Unidos Podemos: el Partido de los Socialistas de Cataluña y la formación liderada por Ada Colau, Barcelona en Comú.
El presidente español ocupó parte de su agenda estos días en Cataluña para abordar los asuntos que conciernen a la segunda ciudad de España, que Sánchez aspira a convertir en "colíder" de Madrid.
"Pasemos de la cocapitalidad a una cosa mucho más integradora, que es el coliderazgo", afirmó el presidente español tras destacar la importancia de la ciudad catalana, uno de los principales pesos económicos del país.
El encuentro con Colau sirvió para poner en marcha de nuevo el convenio de capitalidad cultural y científica entre el consistorio barcelonés y el Gobierno español, que fue suspendido por el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy.
"España necesita muchos más motores de crecimiento, si queremos volar más alto necesitamos muchos más motores de crecimiento, de desarrollo, de atracción y progreso", justificó el presidente español.
Asimismo, Sánchez se comprometió con Colau a cumplir los acuerdos con sus socios de Gobierno, Unidas Podemos, en materia de regulación de alquileres, uno de los asuntos de mayor prioridad para la administración de Barcelona.
Colau valoró esta jornada como "un día feliz para Barcelona" tras perder "una década" antes de restablecer la normalidad de las relaciones institucionales con el Gobierno de España.
El presidente español, por su parte, agradeció la "hospitalidad" ofrecida en la capital catalana e insistió en dejar atrás las desavenencias con Cataluña.