En un comunicado repartido entre los medios de comunicación a pocas horas del comienzo del encuentro, el Palacio de la Moncloa (la sede del Gobierno español) recordó que Sánchez acude a la cita con "una agenda para el reencuentro".
Esa agenda —prosigue el comunicado— tiene como principal punto de discusión la activación del "diálogo político y la regeneración institucional"
En su sesión de investidura Sánchez se comprometió a activar una mesa de negociación con las autoridades catalanas en un plazo de 15 días tras tomar posesión del cargo.
Sin embargo, ese plazo ya expiró y todavía no hay una fecha para la composición de esa mesa, algo que en parte se puede achacar a la inestabilidad política vivida en Cataluña, donde Torra anunció que convocará un adelanto electoral en cuanto sean aprobados los presupuestos autonómicos.
Pese a esa situación de práctica interinidad del Gobierno catalán, el partido de Torra manifestó su deseo de que la reunión de este 6 de febrero sirva para poner fecha de forma definitiva a la mesa de diálogo, en la que se deberá debatir una solución política a la crisis territorial para su posterior sometimiento a votación entre los catalanes.
Las comunicaciones del Gobierno central, sin embargo, son más discretas respecto a la creación de la mesa y se limitan a hablar de reactivar el diálogo de una forma difusa, sin crear horizontes temporales.
La intención de Sánchez de no poner todo el foco en la crisis territorial se refleja en el hecho de que su agenda en Barcelona no termina con la reunión con Torra, ya que este 6 de febrero también se reunirá con representantes sindicales y empresariales, una agenda que también le llevará a reunirse con la alcaldesa de Barcelona en la jornada del día 7.