"El número de parados registrados en el mes de enero de 2020 ha subido en 90.248 en relación con el mes anterior", informó el Ministerio de Trabajo a través de un comunicado. El dato supone el mayor repunte en la caída del empleo desde 2014. No obstante, cuando se contemplan estos datos de manera desestacionalizada, ya desprovistos del impacto de las campañas de temporada en varios sectores de la economía, se observa un aumento de la filiación a la Seguridad Social. Además, enero refleja un número total de afiliados que es el más alto de la serie, tal vez por inercia de la recuperación del mercado laboral en los últimos años.
El empleo se redujo en enero en 244.044 personas, el mayor descenso en la afiliación a la Seguridad Social en este periodo desde 2013. Pero el número total de afiliados supera los 19 millones. Exactamente, 19.164.000 cotizantes. Pese al descenso del empleo términos mensuales, el Ministerio de Trabajo destacó que enero de 2020 registró una reducción del desempleo en 31.908 personas (un 0,97%) en términos interanuales.
Pero los números son una cosa y la tendencia otra. Como afirma el experto Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramón Llull de Barcelona, "estos datos, aunque sólo atienden al paro registrado, son malos y vienen a remarcar la tendencia ya señalada por la última EPA. Cada vez se crea menos empleo, está claro".
"España atraviesa por una tercera fase de la crisis en la que se crea menos empleo, entre otras cosas porque tenemos una tasa de actividad muy baja."
Contraste sólo aparente con los resultados de la EPA
A primera vista, los datos aportados por el Ministerio de Trabajo contrastan con los que arrojó la última Encuesta de Población Activa (EPA), que invitaron al optimismo. En lo que a las cifras se refiere, España creó algo más de 402.300 puestos de trabajo a lo largo de 2019, de los cuales 92.600 correspondieron de octubre a diciembre. Es una cifra apenas superada por los resultados de 2006, cuando el país se hallaba en pleno 'boom' inmobiliario y de la construcción. Y de esos 92.600 nuevos empleos, nada menos que 78.400 se crearon en la Comunidad de Madrid, que arrebata así el liderazgo en este aspecto a Cataluña, la región española que normalmente suele liderar estos índices, pero que sigue siendo el territorio con más población en edad de trabajar ocupada. Por sectores, a nivel global es la industria la que recaba la mayor recuperación, con 54.400 nuevas contrataciones, muchas de ellas con carácter indefinido.
El número de personas ocupadas rozó los 20 millones en el cuarto trimestre de 2019. Es la cifra más alta de los 11 últimos años según la #EPA.
— La Moncloa (@desdelamoncloa) January 28, 2020
En 2019:
⬆️El #empleo creció en más de 400.000 personas
⬇️La tasa de #paro se redujo hasta el 13,8%, la más baja en más de una década pic.twitter.com/sNrFUTceuK
Pero, de nuevo, los datos de la EPA, que trimestralmente sirve el Instituto Nacional de Estadística (INE), contienen también un reverso, pues cabe matizar el tirón de Madrid con el estancamiento de Extremadura y la pérdida de hasta 5.900 puestos en Castilla-La Mancha. En realidad, el sector de la agricultura, el campo español, atraviesa por momentos muy difíciles, como atestiguan las protestas generalizadas en Extremadura a cargo de agricultores, pequeños terratenientes y sindicatos sectoriales ante la abrupta bajada de los precios de sus productos en origen, lo que redunda en la casi total inviabilidad de sus negocios aun cuando el precio de venta al público siga siendo elevado.
"Este efecto, cuando las cosas van mal, como ahora, cobra una importancia total, pues influye en el PIB de la región. ¿Se imaginan cómo subiría el PIB de la provincia de Orense si trasladásemos la capitalidad a esa ciudad? Por eso siempre digo que Madrid no debería ser una comunidad autónoma; se debería formar un distrito capitalino, al estilo del de Columbia en EEUU, integrado por la ciudad de Madrid y los territorios del sureste, en el Corredor del Henares. El resto tendría que engrosar la comunidad de Castilla-La Mancha", señala.
Respecto al hecho sorprendente de que la Comunidad de Madrid liderara la creación de empleo en el último trimestre por encima de Cataluña, Santiago Niño piensa que ni siquiera cabe establecer la comparación. “La presión fiscal en Madrid es baja, se genera inversión en vivienda y el consiguiente gasto”, explica, matizando así que parte de la inversión privada en Cataluña pueda haberse mudado a la capital.