"Mantenemos el apego a los compromisos que asumimos", dijo Zajárova en su rueda de prensa semanal.
El 29 de enero Erdogan denunció que las tropas gubernamentales sirias, apoyadas por Rusia, han intensificado sus ataques en Idlib.
Idlib forma parte de una de las cuatro zonas de distensión acordadas en mayo de 2017 durante las negociaciones en Nur-Sultán, tres de estas zonas pasaron bajo el control de Damasco en 2018. La cuarta, que abarca Idlib y zonas de las gobernaciones vecinas de Latakia, Hama y Alepo, sigue fuera del control del Gobierno sirio, su mayor parte fue ocupada por el Frente al Nusra, organización terrorista proscrita en Rusia.
A inicios de este mes de enero en esa zona fue decretado el alto el fuego acordado por Rusia y Turquía.
Sin embargo, pese al armisticio grupos armados ilegales lanzaron una serie de ataques en la zona de distensión de Idlib que, según informó el Centro Ruso para la Reconciliación en Siria, provocaron desde el 9 de enero la muerte de un total de 332 personas, entre ellos 211 militares y 121 civiles.
Además el centro de monitoreo ruso afirmó que en respuesta a esa agresión, el Ejército sirio inició una contraofensiva en la zona, realizando ataques "de forma selectiva y con la máxima precisión" y sin provocar víctimas civiles ni daños a la infraestructura civil.
