"Las personas deben acudir a los centros de sufragio y decir si quieren o no esos cambios. Los ciudadanos deben ser la última instancia que apruebe o rechace las enmiendas, y solo después de que ellos digan su palabra yo ratificaré o no la ley sobre las enmiendas", dijo Putin al reunirse con representantes de los círculos sociales.
Al mismo tiempo recordó que para ratificar los cambios constitucionales propuestos basta con aprobar en el Parlamento la respectiva ley y obtener el número necesario de aprobaciones de las autoridades regionales.
"Pero, según mi parecer, un procedimiento común y corriente sería insuficiente para que los cambios entraran en vigor", apuntó el mandatario ruso.
Además, planteó organizar el sufragio nacional sobre esas propuestas.
Para implementar sus iniciativas, Putin decretó crear un grupo de trabajo copresidido por el jefe de la comisión de Legislación Constitucional del Consejo de la Federación (Cámara Alta), Andréi Klishas, presidente del comité de Legislación de la Duma de Estado, Pavel Krashenínikov, y la miembro de la Academia de Ciencias de Rusia Talia Jabríeva.