"Hasta este momento se han registrado más de 270 réplicas después que ocurrió el evento (...) y se mantienen dos zonas muy activas, una en Cabo Cruz (sureste de Cuba), donde ocurrió el terremoto del martes (28 de enero); y la zona de la isla Caimán, que es la más activa", precisó el científico al servicio informativo de la televisión cubana.
"El terremoto fue muy fuerte, con un área de ruptura de unos 60 o 70 kilómetros a lo largo de la falla, y es normal ocurran réplicas en esta zona", subrayó.
Según el doctor Moreno, el terremoto del 28 de enero es considerado como el de mayor magnitud (en Cuba) registrado de forma instrumental.
No hay riesgo de tsunamis
Respecto a la posibilidad de ocurrencia de tsunamis, el doctor Moreno explicó que tienen que coincidir varias características para que eso suceda, entre ellas que el terremoto ocurra en el mar y sea superficial, a menos de 30 kilómetros de profundidad, y debe tener una magnitud superior a los siete grados.
Agregó que la falla de Oriente marca el límite de dos fronteras de placas tectónicas, la placa de Norteamérica y la placa del Caribe.
Esta falla tiene un mecanismo en esta zona de rompimiento lateral, de cizalla, o sea, se rompe de forma horizontal, lateral, por lo que no se produce mecanismo de pistón y no puede generar tsunamis.
Agregó que en el área del Caribe hay otras zonas que si pueden generar tsunamis, principalmente en la zona norte de República Dominicana y Haití, porque los mecanismos de ruptura de los terremotos son de forma vertical.
Según estudiosos de la actividad sísmica en Cuba, los dos terremotos más intensos que se han sentido en la isla ocurrieron en los años 1766 y 1852, que provocaron la destrucción parcial de la ciudad de Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al este de La Habana.
En la zona oriental de la isla se reporta un promedio de un sismo por año, mientras que en occidente, los movimientos telúricos suceden cada cinco años.
El más intenso del que se tiene noticia en la región occidental se produjo en el año 1880 en los poblados de Candelaria y San Cristóbal, en la provincia de Pinar del Río.