Como resultado, el reptil, de cinco metros de longitud, clavó sus colmillos mortales en su brazo. Norjani continuó con su espectáculo sin prestarle la atención adecuada a su herida. Pasado un tiempo, la serpiente volvió a morderlo, esta vez en la cara, pero ni siquiera su ataque detuvo al encantador.
El show duró cuatro horas y, dos más tarde, Norjani empezó a sentirse mal y fue trasladado a un hospital, donde los médicos le inyectaron un antídoto. Desafortunadamente, ya era demasiado tarde: el veneno de la cobra se había propagado por todo el cuerpo y Norjani acabó muriendo.
La cobra real produce suficiente neurotoxina para matar a un elefante con un solo mordisco, lo cual no es sorprendente, ya que es considerada como la serpiente venenosa más larga del mundo. Sus víctimas suelen sufrir hinchazón y enrojecimiento en el lugar de la mordedura. Además, vomitan, sienten náuseas, sudan, respiran con dificultad, segregan demasiada saliva, tienen la visión borrosa y la cara y las extremidades se adormecen.
Cualquier persona que sufra el mordisco de esta serpiente tiene que permanecer quieta para poder ralentizar la circulación sanguínea y evitar que el veneno se propague por el cuerpo. También puede hacer un torniquete en el lugar de la herida para ganar tiempo y acudir lo antes posible a un hospital.