"Un aumento de la incidencia de la infección puede acarrear consecuencias económicas similares a las de la epidemia de la neumonía atípica en 2003", dijo.
La experta señaló que "el incremento de la posibilidad de transmisión del virus puede debilitar la demanda de los consumidores y perjudicar el turismo, el comercio y el sector de servicios en los países afectados".
Además, "puede crecer la presión sobre el sector de sanidad en los países afectados", agregó.
Antes de que fuera frenado en junio de 2003, el brote afectó a más de 8.400 personas y causó la muerte de más de 800.
Las autoridades chinas informaron el 31 de diciembre de 2019 de un brote de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan.
Más tarde se estableció que la infección es causada por un nuevo tipo de coronavirus, catalogado por los médicos como el 2019-nCoV.
La enfermedad puede transmitirse de persona a persona y es contagiosa sin que haya síntomas durante la fase de incubación, de hasta 14 días.
Para la medianoche del 27 de enero, se confirmaron más de 4.500 casos de neumonía provocada por el nuevo coronavirus en 30 regiones de China y 106 fallecimientos, a los que se suman casos aislados en una docena de países de cuatro continentes, principalmente en Asia.
