"La gran mayoría (de los ministros) ha presentado renuncia y seguramente la Presidenta hará su evaluación, dará la confianza a algunos ministros y ministras, pero también seguramente hará algún cambio, y lo realizará el día de mañana", dijo Núñez en conferencia de prensa.
Áñez, quien asumió la presidencia boliviana por autoproclamación el 12 de noviembre pasado con mandato de organizar elecciones a corto plazo, pidió el domingo la renuncia a todo su gabinete, dos días después de anunciar que será candidata en las próximas elecciones.
Núñez explicó que la gobernante consideraba necesario "separar lo que es gestión de lo que va a ser campaña política", sugiriendo que no todos los ministros compartían esa línea, en aparente alusión a la titular de Comunicación, Roxana Lizárraga, quien renunció el domingo disconforme con la candidatura de Áñez y antes del pedido presidencial de dimisión colectiva.
"Hay que separar lo que es la gestión con la campaña política. Hay algunos ministros y ministras que no han entendido que el pueblo boliviano no quiere las dos cosas y tratan de perjudicar la imagen del Gobierno nacional, por eso es importante la renuncia para que sea la presidenta la que haga una evaluación y vea qué ministros están dispuestos a no mezclar", remarcó Núñez.
Los principales líderes conservadores, como los expresidentes y ahora candidatos Carlos Mesa (2003-2005) y Jorge Quiroga (2001-2002); el empresario Samuel Doria Medina y el exlíder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, rechazaron en diverso tono la candidatura de Áñez.
Partidarios de Quiroga y Doria Medina plantearon inclusive la renuncia de la presidenta a la candidatura, o la destitución del titular del Tribunal Electoral, Salvador Romero, designado por la misma Áñez.
El Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), uno de los impulsores de las movilizaciones del año pasado contra Morales, pidió también a Áñez que desista de su candidatura.
Por su parte, el senador Óscar Ortiz, jefe político de Áñez en el partido Demócratas, defendió la candidatura de la presidenta y acusó a Lizárraga de practicar "guerra sucia" con el objetivo de ganar espacio en otra organización política.