"El gobierno de EEUU destina cada año unos cuantos millones [de dólares] para la desestabilización interna de Cuba, ese dinero va a parar a diferentes ONG, sobre todo a través de la USAID [Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional], y se trabaja sobre la base de proyectos propuestos por diferentes organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en Miami", expresó Capote, profesor de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, quien además es miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.
Según las declaraciones a la televisión de Panter Rodríguez, uno de los arrestados, las acciones calificadas como vandálicas por las autoridades cubanas, fueron encargadas desde Miami por la activista Ana Olema, quien forma parte de grupos anticastristas en esa ciudad estadounidense, y de quien recibieron 1.000 dólares para costear los hechos.
En opinión de Capote, un exmiembro de la inteligencia cubana que fungió como doble agente —para la seguridad de Estado de Cuba y la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA)— las aportaciones financieras del Gobierno estadounidense "genera una gran corrupción, un problema que enfrenta la USAID desde su creación con las ayudas humanitarias, el caso es que tienen que justificar el uso de ese dinero, que va a parar la mayor parte a los bolsillos de un grupo de personajes de la contrarrevolución".
"Por eso se hacen necesarias acciones que tengan un gran impacto mediático, este es un ejemplo, de miles destinados a este tipo de acción, no llega a 1.000 USD lo que enviaron a La Habana", subrayó Capote a Sputnik.
José Martí, organizador de la definitiva guerra de independencia de Cuba contra el coloniaje de España a fines del siglo XIX, es quizás el cubano más admirado por el pueblo, y a quien califican como su apóstol.
Según las investigaciones preliminares, dadas a conocer por la televisión local, los encartados tienen una larga lista de antecedentes delictivos.