El exmandatario calificó como una "revolución" la transformación "de nuestra querida Bolivia", durante un vídeo publicado en las redes sociales y grabado en Buenos Aires.
El 22 de enero de 2006 Evo Morales asumió al frente del Ejecutivo de un país que era "el más pobre y desigual de América del Sur, donde el agua, gas, electricidad y aeropuertos estaban privatizados".
Este 22 de enero finalizaba su tercer mandato, pero Morales se vio obligado a renunciar en noviembre tras denuncias de irregularidades en los comicios del mes anterior que lo dieron ganador.
En el video, Morales afirmó que al llegar al poder se encontró con una profunda crisis económica que dio paso a un crecimiento y justicia social durante su administración.
"Nacionalizamos hidrocarburos y empresas estratégicas, redistribuimos la riqueza, (…) y nos convertimos en el país que más crece en el continente desde hace varios años, con un promedio de casi un 5% por año", reseñó.
El Producto Interior Bruto (PIB) era de 9.500 millones en 2005 y pasó a más de 40.000 millones a final de 2018, "lo que significa que en Bolivia producimos cada vez más", defendió el expresidente.
Ese avance no fue un milagro, dijo Morales, sino mucho trabajo, unión y lucha.
El Ejecutivo de Morales instauró el acceso universal de salud, universalizó el acceso al agua y la energía eléctrica, redujo la desnutrición infantil a la mitad, así como la desnutrición, y multiplicó por cinco el salario mínimo, así como los kilómetros de las carreteras.
Las empresas privadas pasaron de ser 60.000 a 326.000, añadió Morales.
Todos estos logros llevaron a que en 2019 Bolivia haya sido calificada "por primera vez en su historia como país con alto índice de desarrollo humano", celebró el exjefe de Estado.
De esta manera, se dejó la inestabilidad política que llevó a que la nación tuviera cinco presidentes en cinco años.
En la actualidad, "la historia nos enseña que cuando afectamos los privilegios de los que tienen todo, ellos están dispuestos a todo, no tienen patria, tienen bolsillo", sostuvo.
Su renuncia en noviembre no fue suficiente para que el Gobierno de facto, que llegó al poder "a través de un golpe sangriento", matara a 36 personas y causara más de 1.000 heridos, acusó.
"Han cerrado más de 60 radios comunitarias, han prohibido dos canales internacionales de televisión, han perseguido y detenido a varios periodistas por el simple hecho de ser diferentes", añadió.
Por eso la lucha "debe continuar" para que "no nos corten los sueños, la libertad y nuestra identidad", abogó.
El expresidente realizará un acto este 22 de enero por la tarde en la capital argentina para celebrar la constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, constituido desde el 22 de enero de 2010 a partir de un cambio constitucional refrendado en 2009.
