Semanas después de que Netflix estrenara la serie Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía, la expresidenta y actual vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, rompió el silencio y dio su parecer sobre el documental realizado por el cineasta británico Justin Webster.
La actual vicepresidenta reconoció que, a menos de un mes de su estreno, ya vio la serie documental de seis capítulos tres veces y admitió que el documental venció sus prejuicios "acerca de lo que uno esperaba que iba a hacer un documentalista inglés en una plataforma estadounidense con un tema como el de Nisman".
Cristina Fernández también se permitió hacer una crítica desde lo audiovisual, desde su papel de "cinéfila" y "madre de una joven cineasta", asegurando que el producto es "de una calidad excepcional". Además de varios aspectos técnicos de la pieza, para la exmandataria lo más destacable es "la ausencia total de una 'voz en off' que, en cierta manera, intentara inducir la interpretación de hechos y testimonios".
"Lo que se dice un auténtico y verdadero documental en términos jurídicos", añadió.
A partir de esa apreciación, Fernández de Kirchner celebra "lo que pudo lograr Justin Webster que no es abogado, ni juez, ni tiene responsabilidades institucionales: mostrar los hechos con objetividad, sin omisiones de testimonios y circunstancias, sin inventar hechos que no existieron y menos aún desarrollar hipótesis y relatos sin pruebas que los sustentes y que, al hacerlo, las conviertan en verdades".
La exmandataria valoró especialmente los "testimonios inéditos" de los representantes del FBI y la CIA incluidos en el documental así como las "contradicciones de exmiembros de los servicios de inteligencia nacionales que tuvieron actuación y vinculación directa" tanto en la muerte de Nisman como en la investigación del atentado a la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en 1994.
Fernández también dedicó unas líneas a reivindicar el trabajo de la fiscal Viviana Fein —a cargo de la investigación hasta que la causa pasó a la órbita federal—, de quien, según confesó, pensaba en principio que "no había dado la talla" para el caso. Sin embargo, el documental la hizo cambiar de opinión: "Luego de haber visto todo lo que hizo, con filmaciones, fotos, testimonios y haber escuchado su propia palabra… chapeau".