"Creo que es muy importante reconocer que este es un gran paso", dijo Guterres a periodistas.
El 19 de enero, Berlín acogió una conferencia internacional sobre Libia a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, con la participación de dirigentes de Alemania, Argelia, China, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Francia, Italia, el Reino Unido, República del Congo, Rusia y Turquía, así como altos representantes de la ONU, la Unión Europea (UE), la Unión Africana y la Liga Árabe.
También asistieron al foro los líderes rivales de Libia –el jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez al Sarraj, y el comandante del Ejército Nacional Libio, el mariscal Jalifa Haftar.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del ENL, y el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.