"Libia es un problema de seguridad nacional, en Italia estamos dispuestos a organizar la próxima reunión con el fin de implementar el proceso político y estabilizar la región", dijo el ministro en su cuenta en Facebook.
Según el canciller, la conferencia de Berlín es "un importante punto de partida, pero hoy solo estamos estableciendo el marco y en los próximos días será necesario llevar a cabo las iniciativas concretas para lograr el alto el fuego, entablar el diálogo entre las partes y bloquear el flujo de armas al país".
Di Mayo subrayó que el cierre por parte del ejército de Haftar de varios puertos que exportan el petróleo "debilita a Libia y al pueblo libio, ya que es una de sus pocas fuentes de ingresos".
La Compañía Nacional del Petróleo de Libia se declaró el 18 de enero en emergencia tras el bloqueo de sus puertos controlados por Haftar. Según la empresa, la medida provocaría pérdidas de 800.000 barriles diarios, lo que equivale a la mitad de la producción total del petróleo del país africano, así como pérdidas financieras de 55 millones de dólares diarios.
También fueron invitados al foro los líderes de los bandos rivales de Libia —Fayez Sarraj y Jalifa Haftar— y varios organismos internacionales, como la ONU, la Unión Europea, la Unión Africana y la Liga Árabe.
Según la ONU, el borrador del comunicado final de la conferencia de Berlín incluye seis apartados, entre ellos los concernientes al cese de hostilidades, la observancia del embargo de armas y la reforma del sector de seguridad en Libia.