Los pilotos practicaron el pilotaje en combate próximo y a distancia contra una aeronave, así como maniobras ofensivas y defensivas. Los aviones operaron en distintas alturas: desde 200 metros hasta 15 kilómetros.
Las tripulaciones también realizaron varias acrobacias aéreas e interceptaron objetivos de gran altitud.
Al mismo tiempo, los pilotos mejoraron sus habilidades en condiciones climáticas adversas: nevadas, poca visibilidad y nubes bajas.
La principal misión del grupo aéreo de Múrmansk es proteger las fronteras estatales de Rusia y el control del espacio aéreo sobre el mar de Barents.