Los ingenieros y especialistas técnicos prepararon los bombarderos para los vuelos en condiciones de temperaturas bajas. Se prestó especial atención al funcionamiento de los sistemas antihielo.
Durante los vuelos, que duraron diez horas, las tripulaciones realizaron despegues y aterrizajes a temperaturas bajo cero y sobrevolaron la pista a una altura extremadamente baja. Además, llevaron a cabo el mantenimiento técnico de la aeronave y pusieron a prueba los sistemas de navegación.