Las criaturas son de distintas formas. Una tiene dos patas que la impulsan para moverse sobre su pecho, mientras que la otra tiene un agujero en el centro que los investigadores convirtieron en una bolsa para poner cargas.
⚡️ Conoce a los xenobots: los primeros robots vivos del mundo que se curan a sí mismos y fueron creados a partir de células madre de rana https://t.co/NFtifO7qKv pic.twitter.com/79a9CzGVu8
— ΛLVΛRO Ξ MOLΞRO 🇻🇪 (@alvaroemolero) January 14, 2020
Los creadores los han llamado xenobots. Tienen tamaño submilimétrico, contienen entre 500 y 1.000 células y no se parecen a ningún organismo vivo u órgano creado o hallado hasta la fecha.
Las configuraciones menos afortunadas se desecharon, mientras que las más exitosas se mejoraron al máximo. Posteriormente, el equipo seleccionó los diseños más prometedores para construir las máquinas físicas a partir de células de ranas de uñas africanas (Xenopus laevis).
Los xenobots resultaron ser capaces de desplazarse por un entorno acuoso durante una semana entera sin necesidad de ingerir nutrientes. Usaban sus propios almacenes de energía en forma de lípidos y proteínas.
"Estas son novedosas máquinas vivas. No son ni un robot tradicional ni una especie animal conocida. Es una nueva clase de artefacto: un organismo vivo y programable", dijo el científico informático y robótico Joshua Bongard, de la Universidad de Vermont.
Sus características únicas abren la posibilidad de que las futuras versiones de los robots puedan ser desplegadas para limpiar el océano de microplásticos, localizar y digerir materiales tóxicos, administrar fármacos en el cuerpo humano o limpiar las arterias, según los científicos.