El crecimiento económico mundial se ha ralentizado en los últimos años y la economía británica es una de las que todavía no lo ha recuperado. Actualmente existe una fuerte correlación histórica entre el Reino Unido y los países que forman parte del G7. Desde la celebración del referéndum sobre el Brexit la relación del grupo con Londres ha empeorado.
Las inversiones comerciales se han frenado y el crecimiento económico ha pasado del 2% al 1%. No obstante, el Gobierno británico sigue siendo optimista. El ministro de Hacienda, Sajid Javid, ha prometido una "década de renovación". El funcionario británico busca apoyar el crecimiento de la economía bajando los impuestos e incrementando los préstamos para las inversiones. Pero es poco posible que los políticos del Reino Unido logren recuperar lo perdido a partir de 2016, opina el economista de Bloomberg, Dan Hanson.
"Mirando más allá de 2020, pronosticamos que el crecimiento acelerado este año será único: la economía experimentará un empujón, pero el impulso cíclico no durará. A medida que el Reino Unido acepte su nueva relación comercial con la UE y se enfrente al desafío de la productividad —que ha ido obstaculizando el crecimiento desde la crisis financiera—, es probable que el costo anual del Brexit siga aumentando", destacó.