"No me escapé de la justicia, sino de la falta de justicia y de la persecución", dijo Ghosn en una rueda de prensa que ofreció en Beirut.
El empresario acusó a las autoridades de Japón de violar los derechos humanos.
A finales de diciembre pasado, Ghosn que estaba en arresto domiciliario en Tokio, escapó a la capital libanesa, Beirut.
Aún se desconoce cómo el empresario, que tiene triple ciudadanía de Brasil, Francia y el Líbano, había logrado burlar la vigilancia y abandonar Japón, donde le esperaba un juicio en abril de 2020.
El pasado 2 de enero, el Líbano informó haber recibido una circular roja o petición de arresto de Ghosn por parte de Interpol.
La agencia estatal libanesa NNA comunicó este miércoles que Ghosn fue citado por la Fiscalía del Líbano para declarar en relación con el mencionado circular de Interpol.
El empresario, que insiste en su inocencia, ya se enfrenta a cuatro cargos.
De los primeros tres, dos están relacionados con la ocultación de ingresos por valor de miles de millones de yenes y uno, por el supuesto intento de trasladar a las cuentas de Nissan sus pérdidas de inversión personales.
Además, en abril de 2019 la Fiscalía de Tokio presentó una nueva acusación contra Ghosn, por haber desviado en beneficio propio unos fondos de Nissan, a través de un concesionario en Omán, a una empresa fantasma suya en el Líbano, causando al fabricante japonés unas pérdidas de unos cinco millones de dólares.