El debate comenzó a las 9.00 (hora local, GMT+1) con una intervención de Sánchez para exponer ante la cámara el acuerdo programático que regirá el futuro Gobierno de coalición entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la formación izquierdista Unidas Podemos (UP).
Otro de los aspectos a destacar de la propuesta de Sánchez es la iniciativa para crear una mesa de diálogo "bilateral" con el Gobierno catalán para buscar soluciones al "conflicto político" y "dejar atrás la deriva judicial" del mismo.
Esta propuesta responde a una exigencia del partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que entregará su abstención para permitir la investidura de Sánchez a cambio de la creación de dicha mesa.
La iniciativa fue recibida con una gran indignación por parte de los partidos de la derecha española, que a lo largo del debate de este sábado calificaron en distintas ocasiones a Sánchez de "traidor" por pactar con los "separatistas" que "quieren romper España".
"No se va a romper España y no se va a romper la Constitución; aquí lo que se va a romper es el bloqueo al Gobierno progresista elegido democráticamente por los españoles", dijo Sánchez al arranque del debate.
La fase de debate todavía no ha finalizado, sino que se retomará en la mañana de este domingo.
Una vez terminado el debate se procederá este mismo domingo a la primera votación de la investidura, en la que Sánchez necesita el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso (176 diputados) para ser investido.
El PSOE alcanzó acuerdos que, salvo cambios de última hora, garantizan a Sánchez el voto favorable de 166 diputados y la abstención de otros 19, mientras que 165 diputados votarán en contra de la investidura.
Salvo sorpresas de última hora, en esa segunda votación Sánchez será investido como presidente del Gobierno, lo que le permitirá instalarse en el Palacio de la Moncloa con plenos poderes tras casi un año en funciones.
El candidato se mostró "muy ilusionado" ante la perspectiva de ser investido para liderar el primer Gobierno de coalición de la historia reciente de España, un Ejecutivo histórico que viene con una marcada agenda social debajo del brazo, pero cuya estabilidad estará amenazada desde el primer día por la fragmentación parlamentaria y el conflicto catalán.