El informe del extitular, publicado recientemente por los Archivos Nacionales en Kew, West London, data de 1995 y pone en relieve cómo la desintegración de la Unión Soviética cambió totalmente las relaciones entre el bloque militar, las antiguas repúblicas de la URSS y Rusia.
"Una posible solución consistiría en crear una nueva categoría de miembro asociado de la OTAN. Eso (...) le daría a Rusia un estatus formal dentro de la OTAN (...) y alentaría una convergencia gradual y un equilibrio político, tanto en la teoría como en la práctica", indica el documento.
Rifkind alertó en 1995 que Rusia no puede llegar a ser un miembro de la Alianza con plenitud de derechos, pues eso hubiera traído como consecuencia la obligación de la OTAN de ayudar a Moscú en cualquier conflicto fronterizo en el futuro, "por ejemplo, con China".
"El problema más difícil que enfrentamos es cómo integrar a Rusia a la familia de naciones europeas y occidentales de una manera realista y sensible", indican los archivos desclasificados.
En aquel entonces el Ministerio de Exteriores británico, de acuerdo con los documentos, catalogaba al entonces presidente ruso, Borís Yeltsin, de "visiblemente debilitado", tanto por sus problemas de salud como por su incapacidad de dominar el alcoholismo.
Los documentos precisan que otro problema radicaba en que los reformadores rusos eran "antagónicos a la ampliación de la OTAN".