Así lo dejaron claro las autoridades rusas en vista de las sanciones norteamericanas que apuntan a imposibilitar la finalización y puesta en marcha de la megaobra de unos 1.200 kilómetros de longitud, de los cuales sólo queda construir menos de 160 kilómetros.
"El objetivo de imponer sanciones a aquellas compañías que trabajan en el gasoducto es, sin duda, afectar a Rusia. Pero también se está afectando a países de Europa occidental", constató a Radio Sputnik Alberto Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales y autor de numerosos libros sobre geopolítica.
En este contexto, auguró una crisis cada vez mayor "dentro del propio bloque atlántico-occidental".
Por su parte, el analista geopolítico Enrique Refoyo dijo a Radio Sputnik que los ataques de Washington contra el Nord Stream 2 forman parte de su lucha por hacerse con la "hegemonía energética" en Europa, teniendo en cuenta que EEUU se convirtió en un exportador de hidrocarburos.