"El Gobierno de Bolivia expresa su profunda preocupación por la injerencia de México en los asuntos internos de Bolivia y llama al diálogo constructivo a ese país, en el marco del respeto a la decisión soberana de los bolivianos de recuperar su plena democracia a través de elecciones libres y transparentes", afirmó la Cancillería.
Por su parte, la Cancillería de Bolivia afirmó que pretende tener "relaciones amistosas" con México, basadas en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en la no injerencia en los asuntos internos.
Consideró que las relaciones bilaterales con el Gobierno de México se deterioraron desde el momento en el que ayudó al expresidente Evo Morales (2006-2019) a "tergiversar la realidad sobre la lucha y voluntad del pueblo boliviano".
Señaló que la Cancillería atendió todos los requerimientos de la Embajada de México a pesar de que dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS, izquierda) y exministros del Gobierno de Morales se asilaron en ella.
El 26 de noviembre de 2019 la Cancillería boliviana pidió a la Embajada de México que los asilados que son acusados por la comisión de delitos comunes sean entregados a las autoridades jurisdiccionales nacionales, se informa en el documento.
Afirmó que la Subsecretaría para Latinoamérica y el Caribe de la Cancillería mexicana y su Embajada acreditada en Bolivia "muestran a la opinión pública y a la comunidad internacional un escenario que no existe".
"Han tergiversado y distorsionado la verdad respecto a las medidas de seguridad en dicha Embajada, y han manifestado que temen que las fuerzas del orden ingresen a esa Embajada a sacar a los asilados; eso no puede estar más alejado de la verdad; Bolivia es un país respetuoso de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas", agregó.
Asimismo, este 26 de diciembre, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo en una conferencia de prensa que Bolivia brindó seguridad a la Embajada mexicana luego de haber recibido información de que movimientos sociales querían tomar la residencia para sacar al exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien es acusado por la supuesta "caída del MAS".
La tensión entre ambos países fue en aumento en los últimos días debido al fuerte cerco que impusieron las autoridades de facto bolivianas a la sede diplomática mexicana, donde una veintena de personas vinculadas al expresidente Evo Morales se encuentran solicitando asilo.
México denunció en días pasados "la intimidación de la que están siendo objeto la Embajada y residencia oficial de México en Bolivia, lo que constituye una flagrante violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas".
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reiteró el reclamo a Bolivia de que cumpla con sus obligaciones emanadas de la Convención, y que incluyen garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.
También exigió a Bolivia "cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento" y advirtió que si la situación se mantiene, responsabilizará al país sudamericano "por cualquier afectación a la sede diplomática, a su personal acreditado y a toda persona que se encuentre bajo la protección del Estado mexicano en ese país".