Así, la versión básica de la computadora de escritorio que algunos compararon con un rallador de queso cuesta 5.999 dólares.
La versión inicial del Mac Pro tiene un procesador Intel Xeon W de 8 núcleos, 256 GB de memoria sólida y 32 GB de memoria RAM. La tarjeta gráfica es una Radeon Pro 580X con 8 GB de memoria operativa.
Ampliar el disco duro puede costar hasta 1.400 dólares si se quieren 4 TB de memoria SSD. Un poco más cara saldrá una tarjeta gráfica adicional para mejorar el rendimiento durante el procesamiento de material multimedia, cuyo precio asciende a los 2.000 dólares.
Por el lado contrario, la mejora más cara es la RAM. El nuevo Mac Pro puede albergar hasta 1,5 TB, un volumen que les costará a los usuarios 25.000 dólares. Además, tanta memoria se puede instalar solo con los procesadores de 24 y 28 núcleos.
De tal modo, el precio de la versión más potente asciende a los 52.599 dólares. Eso sin contar los accesorios opcionales y una pantalla, que no se incluye en el pack. La que recomienda Apple, la Pro Display XDR, cuesta 4.999 dólares.
Sin lugar a dudas, es un precio prohibitivo para la gran mayoría de usuarios ordinarios, y es obvio que una máquina tan potente se concibió para los profesionales de la industria del cine, de la fotografía, del diseño gráfico y del desarrollo de videojuegos. Probablemente, este coste y estas prestaciones se ven razonables para dicho sector profesional. Desde el 10 de diciembre ya podrá hacerse con él.