La mayor amenaza proviene de las condiciones climáticas, de acuerdo con el condecorado aviador, y las de la Antártida son extremadamente complicadas. "Ni se imaginan lo peligrosos que son tanto el Polo Sur como el Norte. Son unas regiones que no están estudiadas en absoluto y sobre las que sabemos muy poco", comentó Sitnik.
"El tiempo allí es tan impredecible que tomas la decisión de seguir adelante con el vuelo porque las condiciones climáticas son adecuadas y en apenas una hora pueden dar un giro de 180 grados. Pueden haber fuertes ventiscas y aparecer neblina, algo que no te esperas cuando la temperatura está a 50 grados bajo cero", explicó.
Incluso encontrar la propia pista de aterrizaje es todo un reto, puesto que el equipo radioeléctrico allí es básico. Según afirma Sitnik, a veces hace falta encender barriles con combustible para que se vea la pista de aterrizaje y lanzar unos cohetes para que el piloto al menos pueda ver el área del aeródromo.
De hecho, en los tiempos de la URSS, los legendarios pilotos soviéticos Anatoli Liapidevski y Mijaíl Vodopianov formaron un pelotón polar especial cuyos pilotos provenían de todos los puntos de la Unión Soviética. Se aceptaban solo los más entrenados y los más experimentados: solo después se les preparaba para realizar trayectos a la Antártida.
El piloto relató su experiencia de vuelo con tripulaciones latinoamericanas.
"No he volado con pilotos chilenos, pero sí volé con ecuatorianos y no puedo decir que haya algún problema con su formación ni que sus aviones sean anticuados. Pero las condiciones en las que pueden verse envueltos cuando vuelan a la Antártida sí son terroríficas", subrayó.
Todos estos vuelos acarrean un gran peligro, pues cualquier fallo de motores o del sistema puede hacer que la tripulación se desoriente o pierda el control del avión y que ocurra una catástrofe en alta mar. De ahí que, según el piloto ruso, de momento sea arriesgado sacar conclusiones.
"El océano se lo traga todo"
Sitnik explicó que este no sería el primer avión en desvanecerse en el océano, el cual se ha cobrado la vida de muchos tripulantes de avión. Incluso en la actualidad, cuando los aviones están equipados con toda clase de sistemas de detección y navegación, estos pueden desaparecer sin dejar rastro.
"Por esta razón es difícil decir lo que ocurrió allí. Pero los chicos que vuelan allí conocen los riesgos y lo que puede ocurrir. Es un trabajo muy peligroso y pueden darse situaciones sin salida", concluyó Sitnik.
El aviador ruso espera que se logre hallar alguna mancha de aceite o fragmentos del avión, pero dijo que lo más probable es que no se encuentre nada, porque "el océano lo consume todo".
¿Es el C-130 un buen avión para volar a la Antártida?
El piloto ruso, con más de 40 años de experiencia, indicó que los aviones óptimos para este tipo de trayectos son aquellos que tienen varios motores, para que no se dé un resultado fatal en caso de que falle uno de ellos. También agregó que es importante volar en las aeronaves que tengan un buen sistema de anticongelación.
Pero sea cual sea el avión, siempre será vulnerable frente a huracanes, corrientes en chorro y columnas térmicas, de acuerdo con el piloto. Ello se debe a que no se puede crear un avión que no sea suceptible a estos fenómenos, ya que se lucha por un peso más ligero y características de vuelo. "Pero si la sobrecarga llega a superar los 3,5-5g, el siniestro es inminente", concluyó.
En cuanto al avión siniestrado, el transporte militar C-130 Hercules, Sitnik dijo que es una aeronave buena y fiable.
"Los estadounidenses saben hacer aviones y esta no es la excepción. Hace mucho tiempo que lo usan y es fiable. Pero lo más probable es que haya ocurrido algo que la tripulación no pudo manejar", concluyó.
Estadísticamente, a lo largo de los años de operación de esta aeronave, muchas unidades han desaparecidos: más de 350 unidades de las 2.350 que se fabricaron. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos de ellos se perdieron en combate y algunos incluso fueron destruidos sobre tierra durante bombardeos.
En comparación con los demás aviones de transporte de producción estadounidense, el C-130 Hercules tiene un tamaño reducido, pero sigue siendo una aeronave de unas dimensiones considerables. Es capaz de transportar hasta 92 pasajeros o 19 toneladas de cargamento.