Previamente John Tims, comisionado adjunto de policía de Nueva Zelanda, informó que cinco personas fallecieron y 18 resultaron quemaduras y heridas de diversa consideración y reconoció que entre las víctimas hay tanto neozelandeses como turistas extranjeros.
"Treinta y una personas reciben asistencia médica en siete hospitales", dice el comunicado.
El texto añade que según los datos de operadores turísticos al menos 47 personas se encontraban en la isla durante la erupción del volcán, ocho de las cuales todavía se dan por desaparecidas.
Según esta fuente, fue "un evento impulsivo de corta duración" que afectó el suelo del cráter y la actividad parece haber disminuido desde la erupción.
La erupción expulsó un penacho de cenizas a 3,6 kilómetros, pero GeoNet ya rebajó la alerta volcánica al nivel 3, equivalente a "erupción menor", manteniendo en vigor sin embargo la alerta naranja para la aviación.
Por su parte, la policía confirmó que se estableció una zona de exclusión aérea a 5 millas náuticas alrededor de la isla White.