Un estudio del CGE sobre la competitividad de las regiones españolas presentado este 3 de diciembre constata que tanto Cataluña como el País Vasco "muestran síntomas de cierta debilidad en 2018", que se reflejan en la inversión extranjera o el crecimiento de la economía, entre otros indicadores.
En el caso de Cataluña, el informe achaca esta atonía al "clima de crisis institucional y la creciente incertidumbre que empiezan a hacer mella en la competitividad" de la comunidad, aunque el estudio no refleja la situación a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo contra líderes independentistas.
El comportamiento débil del País Vasco no tiene origen político, sino que es fruto de indicadores como un menor crecimiento económico e inversión extranjera, peor productividad, aumento de la temporalidad o estancamiento en la desigualdad, según el informe.
El estudio recoge que la competitividad promedio de las comunidades autónomas españolas aumentó un 5,2% en 2018, y que las más sobresalientes en este aspecto fueron Madrid, Navarra y País Vasco.
Por su parte, Cataluña mantiene el cuarto puesto en la lista elaborada por el Índice de Competitividad Regional (ICREG) por encargo del CEG.