"Destacamos en los últimos días una estabilización relativa de la situación en Bolivia que se consiguió a través de la mediación de un enviado especial del secretario general de la ONU", afirmó la portavoz a la prensa.
La diplomática recordó que el Gobierno de facto de Bolivia acordó con los líderes del Movimiento al Socialismo y otras fuerzas políticas los pasos para celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas, así como un proyecto de ley según el cual el Gobierno actual no perseguirá por razones políticas a los partidarios del presidente depuesto Evo Morales.
"El país ahora tiene la oportunidad de calmarse y volver a una relativa estabilidad después de los turbulentos acontecimientos del último mes. Si se aprovecha esta oportunidad depende, sobre todo, de si las autoridades interinas y los políticos renuncian a la retórica agresiva con respecto a los opositores y representantes de los indígenas, así como respecto a los grupos de bajos ingresos", apostilló.
Bolivia está sumergida en una crisis política desde las elecciones del 20 de octubre, en las que ganó Morales, pero cuyo resultado fue cuestionado en un informe de la Organización de los Estados Americanos tras el cual el exmandatario renunció el 10 de noviembre, presionado por la cúpula del Ejército y la Policía, luego de semanas de protestas violentas en contra de un presunto fraude electoral.
El Gobierno de facto sacó a los militares a las calles para aplacar las protestas y emitió el 15 de noviembre un decreto que exime al ejército de eventuales responsabilidades penales.
El pasado fin de semana la presidenta de facto Áñez promulgó la ley que convoca a nuevas elecciones generales, cuya fecha aún está por fijarse.