"Se exhorta a los sectores movilizados, a la población, a la ciudadanía que en este momento se encuentra movilizada, a deponer cualquier actitud de violencia contra personas, bienes públicos o privados, (...) en esa línea es fundamental que el Estado baje a hablar con las organizaciones movilizadas", dice el comunicado.
La Defensoría del Pueblo invocó a los manifestantes "que si se identifica sectores o grupos de vándalos dentro de sus movilizaciones, los entreguen al sistema de justicia para que no se deslegitime su movilización, para que no se generen a través de estos grupos hechos delictivos".
La Defensoría constató que durante las protestas fueron detenidos varios adolescentes, y solicitó en este contexto que esos menores "sean tratados en el marco de la norma que los protege que es la Ley 548 Código Niña, Niño y Adolescente".
"Se insta a las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, de las cuales se observa una notoria ausencia, que en el marco de sus competencias se apersonen de oficio o a requerimiento para asumir las acciones necesarias de garantía para esta población", afirmó.
En este contexto exhortó a que "se adopten medidas apropiadas para prevenir cualquier daño contra los trabajadores de la prensa y que se debe respetar la libertad de prensa sin fronteras, en especial de las y los periodistas que se encuentran en calle haciendo cobertura dentro de las movilizaciones, no sólo por parte del Estado que debe otorgar garantías, sino de los sectores movilizados que deben respetar su trabajo".
La institución boliviana subrayó también la importancia de que los medios de comunicación cubran todas las movilizaciones que se realizan en el país.
La Defensoría destacó "imperiosa necesidad entablar un proceso de pacificación respetuoso de derechos y garantías constitucionales que involucren a todos los sectores movilizados, a todos los que en este momento se encuentran en las calles en las distintas ciudades".
El comunicado fue emitido tras una represión militar-policial a una marcha antigubernamental de productores de coca en el departamento de Cochabamba (centro) que dejó al menos nueve muertos y más de un centenar de heridos, todas las víctimas entre los manifestantes.
