"Partimos de que es absolutamente inaceptable que alguien perciba a América Latina como una zona de intereses propios, corresponde a los países de la región decidir su suerte. Tratamos con mucho respeto a cada país y elaboramos para cada uno una política de bondad, basada en el pragmatismo y en la búsqueda de intereses políticos y económicos mutuos", dijo.
Moscú apoya los procesos integracionistas que se desarrollan en la región latinoamericana y espera que pronto surjan posibilidades adicionales para ampliar la cooperación económica con estos países, agregó.
Empresas rusas en Bolivia
Moscú sigue de cerca las condiciones que tienen que afrontar las empresas rusas en medio de la crisis en Bolivia, declaró Grushkó.
"Seguimos de cerca la situación y analizamos las condiciones en las cuales se ven obligados a trabajar nuestros operadores económicos", dijo el vicecanciller.
El diplomático reconoció que cualquier crisis tiene un impacto sobre todos los ámbitos y apuntó a la necesidad de hacer todo lo posible para solucionar la situación en Bolivia.
Los resultados de las elecciones presidenciales del 20 de octubre en Bolivia desencadenaron una oleada de protestas que desembocaron en la dimisión de Evo Morales, acusado por la oposición de presunto fraude en los comicios.
El líder indígena, al frente del país desde 2006, dimitió el 10 de noviembre cediendo a las violentas protestas y la petición expresa por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
La renuncia se produjo poco después del anuncio de nuevas elecciones generales, y en la misma fecha en la que auditores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sugerían repetir la votación en Bolivia ante la imposibilidad de validar la victoria de Morales en la primera vuelta de los comicios.
El 12 de noviembre, la senadora opositora Jeanine Áñez, de 52 años, asumió la Presidencia interina de Bolivia, en una sucesión sin acuerdo parlamentario aunque avalada por el Tribunal Constitucional que abrió las puertas a unas elecciones generales a corto plazo.
Desde su exilio en México, Morales calificó la autoproclamación de Áñez de "golpe artero y nefasto" y "asalto al poder del pueblo".