Este dispositivo es una tabla con grandes botones para cada una de las 29 palabras que Stella ya ha aprendido con tan solo 18 meses. Con la ayuda de estos botones puede decir que está cansada después de jugar, que quiere echarse una siesta o que en vez de jugar prefiere comer.
Lo que es más insólito aún es que también habla de su estado emocional y puede decir si está triste o al revés, de buen humor. Al igual que en el caso de los humanos, su estado emocional cambia su manera de decir las cosas, lo cual se puede ver en uno de los vídeos compartidos por la logopeda.
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En él, Stella ha oído algo fuera de la casa, le dice a su dueña "fuera" y repite nueve veces seguidas la palabra "mira", pidiendo con insistencia que Hunger salga a investigar lo que está ocurriendo en el exterior. En el otro vídeo, la perrita avisa a la mujer de que su novio Jake está a punto de entrar en casa.
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A día de hoy, Stella es capaz de combinar hasta cinco palabras para formar frases o comunicar ideas más complejas, asegura la logopeda, y su uso del lenguaje es muy similar al de los niños de dos años. Pero Hunger no piensa dejar de enseñar a su mascota. Dice que Stella seguirá aprendiendo nuevas palabras y que le gustaría poder hacer que otros perros también puedan comunicarse de este modo con sus dueños.
