Morales explicó que las protestas que se iniciaron con los estudiantes de la Universidad de Panamá se han intensificado con el paso de los días y ya derivan hacia el reclamo de una Asamblea Constituyente que contemple los reclamos populares, en contraposición a la reforma propuesta por el sistema político.
La responsabilidad de trabajar en el proyecto de reforma recayó sobre la Concertación Nacional para el Desarrollo, un ámbito de discusión con representantes de sectores empresariales y académicos de Panamá, que fue institucionalizado a través de una ley.
Morales explicó que el organismo "representa todos los intereses de sectores del poder económico panameño" pese a que su integración debería ser múltiple. En julio, la Concertación presentó a la Asamblea Nacional el primer proyecto con reformas que, según el politólogo, eran "bastante tibias porque no abordaban los problemas estructurales del Estado".
Según el analista, las reformas planteadas inicialmente ya contaban con el rechazo de una parte de la población. Sin embargo, el descontento "aumentó exponencialmente" cuando fue tratado por el Parlamento.
En efecto, los legisladores comenzaron a introducir al texto "una serie de propuestas improvisadas y caprichosas, muchas de las cuales lesionaban los intereses de la educación pública, la seguridad social y los derechos humanos", indicó Morales.
Los parlamentarios introdujeron cambios para, entre otras cosas, tener control sobre el presupuesto nacional, permitirse aumentarse los sueldos y tener control sobre los procuradores de la Nación y de la Administración, por ejemplo.
También aparecieron otras iniciativas para restringir el matrimonio únicamente a parejas heterosexuales, favorecer la privatización de la seguridad social y limitar la autonomía de las universidades públicas.
Si bien todas las modificaciones fueron rechazadas por la mayoría de la población panameña, las disposiciones sobre las universidades y la eliminación del matrimonio entre personas del mismo sexo fueron los detonantes de las protestas, que se concentraron en la Plaza 5 de Mayo en Ciudad de Panamá.
El crecimiento en el número de manifestantes llevó al Gobierno de Cortizo a endurecer la represión. Morales recordó que entre los dos últimos días de octubre fueron detenidos más de 90 jóvenes por participar de las protestas. Además, según los manifestantes, se registraron cinco heridos de gravedad.
¿Cómo salir de la crisis en Panamá?
Morales señaló que tanto el Gobierno panameño como la Asamblea General están buscando vías de diálogo con los manifestantes. En ese marco, apuntó, los diputados prometieron retirar los cargos contra los estudiantes enjuiciados por las protestas, así como quitar las propuestas que se habían incorporado a la reforma constitucional.
Si bien la disposición al diálogo podría acercar una salida pacífica a la situación, Morales observa que la estrategia puede esconder un intento del Ejecutivo de hacer prevalecer su proyecto original de reforma, dejando de lado los reclamos de la población.
"El Gobierno ahora parece que quiere ceñirse al proyecto original que viene de la Concertación Nacional y desechar las propuestas de los diputados para generar la percepción de que el problema era solamente las adiciones hechas por los legisladores", analizó el politólogo.
A su juicio, la realidad en las calles es diferente, dado que "la mayoría de los jóvenes está rechazando el proyecto, manifestando que la reforma está viciada en su origen, su fondo y su forma".
"Es un tema del fondo de la propuesta, de la forma en que fue llevada y de su origen, porque surgió de un organismo elitista como la Concertación, que no tiene legitimidad para promover cambios en la Constitución", ahondó Morales.
Además, las movilizaciones de jóvenes en Panamá despertaron "un clamor importante" por la consolidación de modificaciones estructurales a través de una llamada "asamblea constituyente originaria".