El 7 de noviembre de 1941, en plena lucha contra las tropas de la Alemania nazi y cuando la línea del frente estaba a pocos de kilómetros de la ciudad, Moscú acogió un desfile militar en honor al 24° aniversario de la Revolución de Octubre.
En el apogeo de la batalla de Moscú, los mandos de la Unión Soviética tomaron la decisión de eliminar las falsas construcciones de la Plaza Roja que servían para camuflar no solo el corazón de la capital, sino de todo el país.
La plaza había sido camuflada desde el inicio de la ofensiva nazi para quedar a salvo de los bombardeos enemigos. Iósif Stalin, entonces líder de la URSS, decidió no cancelar el desfile dedicado a la Revolución bolchevique. Como resultado, el desmantelamiento del camuflaje se concretó en un solo día y a la jornada siguiente, el disfraz fue restaurado por completo.
