"En el mundo hay un tema de insostenibilidad de las fuentes tradicionales de proteínas: carne, pollo, huevo. Por ejemplo, para producir un kilo de carne se usan de 15.000 a 22.000 litros de agua. En un futuro no muy lejano esa agua va a tener que ser usada para los humanos", explicó Lama.
Esto combinado a su pasión por los insectos lo llevó a crear Demolitor, una barra energética hecha de un tipo de gusano llamado Tenebrio molitor, que luego se convierte en un escarabajo. Al comienzo intentaron con grillos pero su crianza no era del todo sostenible.
"Este gusano fue recomendado por la FAO para el consumo humano. Nosotros lo alimentamos con cáscaras de frutas y verduras que los restaurantes locales desechan y tienen gran cantidad de nutrientes", indicó el emprendedor peruano.
En el laboratorio elaboran un polvo a partir del insecto, que mantiene todas sus propiedades nutricionales. Luego lo combinan con cacao y granos andinos, como la kiwicha, el tarwi y la quínoa, y lo endulzan con miel. No tiene preservantes ni gluten.
Al comienzo su público objetivo eran los deportistas pero ahora está dirigido hacia cualquier persona, con alto desgaste físico o intelectual. Una sola barra tiene 15 gramos de proteínas, el 30% de lo que se precisa a diario, y la misma cantidad de hierro que dos bistecs. Este mes tienen pensado lanzar una barra energética para veganos hecha de algas.
"Ya tenemos el producto desarrollado que se va a llamar Demolitor Green Protein. Está elaborado a base de espirulina, una gran fuente de proteína y hierro, combinado con chocolate, mantequilla de maní y granos andinos. Tenemos un público vegano y vegetariano que no podía consumir el producto original", concluyó Lama.