Para mostrar sus pericias con los reptiles, el estadounidense se acostó al lado del animal y se puso a conversar con él. "¿Sabes qué? He oído que los caimanes tienen la sangre fría y que no se puede confiar en ellos. Personalmente, no me lo creo. Confío en ti al 100%", dijo el hombre antes de darle un peso en la mandíbula.
Luego el hombre añadió incluso más humor a una situación tan peligrosa. "No te parezco guapo, ¿a que no? Apuesto que tu otro ojo está abierto y solo haces como que no estoy aquí", comentó. Y efectivamente, al darle la vuelta a la cámara resultó que el caimán tenía abierto el otro ojo.
Con este truco Bedard mostró lo atrevido que es y lo bien que conoce el comportamiento de estos reptiles, puesto que tienen unas mandíbulas sumamente potentes, tal y como lo demuestra este vídeo donde un aligátor revienta una sandía como si fuera un globo.