Distintos medios estadounidenses informaron que decenas de carros y de transportes blindados habían puesto rumbo al norte de Siria junto con unos 500 efectivos. Por su parte, el Departamento de Defensa de EEUU no corroboró esta información y se limitó a informar sobre la misión que desempeñarán sus militares.
Por su parte, el senador estadounidense Lindsey Graham dijo que esta sería una manera efectiva de reducir los ingresos del Gobierno de Bashar Asad, el actual presidente del país. Además, contempló la posibilidad de que se aumente la producción de crudo para financiar a la FDS y "pagar la presencia militar de EEUU en Siria".
"Podríamos usar parte de las ganancias de las futuras ventas de crudo para pagar por nuestro compromiso militar en Siria (…) No creo ni confío en que Turquía, Rusia o Asad tengan la capacidad o el deseo de defender a EEUU de las amenazas de los islamistas radicales", concluyó el senador.