Los representantes del movimiento Talibán, los del Gobierno afgano y políticos de Kabul se reunirán en Pekín entre el 28 y el 29 de octubre para mantener un diálogo sobre la situación en el país vecino. Por ahora, los talibanes rechazan conversar con el Gobierno en Kabul, tachándolo de ser una marioneta de EEUU. Esta es la causa por la que las futuras negociaciones se celebrarán en Pekín, destacó el portavoz del movimiento, Suhail Shaheen.
Teniendo en cuenta la decisión del mandatario, las negociaciones en China cobran especial importancia, considera Zamareva.
"En los últimos años China ha empezado a involucrarse de una manera más activa en las negociaciones destinadas a resolver el conflicto afgano (...) Pekín actúa como una locomotora del proceso negociador. Su participación activa en la organización del dialogo interafgano puede explicarse con su deseo de alcanzar la paz en la región y de defender sus intereses nacionales", explicó.
China se comporta de una manera responsable y propia de una potencia mundial que cumple sus compromisos en defensa de la paz, destacó Zhu Yongbiao, el director del Centro de Investigaciones Afganas ante la Universidad de Lanzhou (China). Dado que el gigante asiático comparte su frontera con Afganistán al oeste, los políticos en Pekín observan con atención lo que ocurre en el país vecino y tratan de hacer su contribución al proceso de reconciliación.
Las autoridades de la república islámica aplaudieron el interés que han mostrado otros países para solucionar el conflicto afgano. Sin embargo, en Kabul consideran que todos los esfuerzos internacionales deben ser controlados por el Gobierno afgano y por el pueblo o, de lo contrario, no tendrán efecto alguno, destacó a Sputnik la secretaria de prensa del presidente de Afganistán, Najia Anwari.