El pulso electromagnético es un flujo de radiación provocado principalmente por explosiones nucleares, pero también por erupciones solares o bombas de microondas. Las consecuencias serían duraderas y entre estas se cuentan la escasez de agua y comida en un ambiente de caos social, lo que finalmente provocaría numerosas muertes a causa del hambre y diferentes enfermedades, entre otros factores.
El mundo puede quedarse sin un elemento crucial para la vida
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 8 октября 2019 г.
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Según se expone en el informe, la restauración de instalaciones prácticamente insustituibles llevaría años o incluso décadas, dependiendo de la escala de los daños producidos. Además, "los problemas funcionales podrían reforzarse mutuamente, y finalmente la degradación de las infraestructuras podría provocar un efecto irreversible en la capacidad del país para mantener su población".
La "civilización electrónica" que reina hoy en día en Estados Unidos se ve seriamente amenazada por la ausencia de energía. Si las centrales eléctricas y las redes de distribución sufren un daño severo, podrían fallecer dos tercios de la población, o incluso el 90% de la misma, según los más pesimistas.