Conocida popularmente en Cuba como la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso, fue un ícono mundial del ballet. Invadida desde muy joven por la ceguera, bailó gran parte de su vida artística casi ciega.
Tatiana Fesenko, regente del teatro Colón de Argentina dijo a Sputnik que "hoy todo el mundo debe lamentar su muerte, porque ha sido una gran pérdida para el arte universal".
Desde Buenos Aires Fesenko contó cómo fue la primera vez que vio bailar a Alonso, cuando de pequeña estudiaba en la Academia Vaganova de San Petersburgo, entonces Leningrado.
"El primer espectáculo que vi fue en teatro Kirov, donde Alicia Alonso bailó 'El Lago de los Cisnes'. Nos llevaron a un grupo de alumnos y todos quedamos impactados. Su interpretación fue excelente... su técnica y su carácter en la escena eran sorprendentes", recordó la regente del ballet.
También elogió las famosas presentaciones de Alonso con el ruso Vladímir Vasíliev, una de las grandes estrellas del ballet clásico masculino entre 1960 y 1980. Juntos bailaron varias piezas como Giselle, una de las emblemáticas interpretaciones de esta bailarina cubana, reconocida por la crítica como la mejor Giselle del siglo XX.
La primera interpretación de Alonso de este clásico del ballet fue en 1943, cuando tuvo que sustituir a la británica Alicia Markova en una presentación en Nueva York. Otro de sus grandes sellos fue el reconocido ballet Carmen, compuesto por su cuñado, el coreógrafo Alberto Alonso, para la afamada bailarina rusa Maya Plisetskaya.
En 2015, el gobierno de la isla decidió ponerle su nombre al Gran Teatro de La Habana, que pasó de "García Lorca", al actual "Alicia Alonso".