"Las discusiones fueron en ocasiones difíciles... pero esta solución funciona para la UE, para el Reino Unido y para el pueblo y los negocios de Irlanda del Norte", declaró el negociador de la UE, Michel Barnier, en conferencia de prensa.
El acuerdo "remplaza" el protocolo irlandés por una fórmula híbrida de la relación de los condados británicos del noreste de la isla con las instituciones económicas de la UE, mientras el resto del país reafirma su secesión.
Se evita reinstaurar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, pero se crea un control aduanero entre Irlanda del Norte y el Reino Unido bajo supervisión del Reino Unido.
Legalmente estará fuera de la unión aduanera, pero seguirá incorporada a efectos prácticos de aranceles y otros impuestos para "proteger la integridad del mercado único", según el negociador de la UE.
Además, esta provincia británica seguirá "alineada" con las normativas y reglas del mercado común en bienes y mercancías, aunque el resto del país también saldrá de esta institución de la UE.
El nuevo protocolo irlandés se ha diseñado con la voluntad de que continúe operativo en futuro la relación que entablen Londres y Bruselas.
Así, la continuación o suspensión de las distintivas medidas norirlandesas deberá aprobarse "por simple mayoría" de la Asamblea de Belfast cada cuatro años.
La fórmula de la mayoría simple trata de negar el veto que detentan en las cuestiones legislativas fundamentales las grandes formaciones políticas de la autonomía: el Partido Democrático Unionista (DUP) de afiliación protestante probritánica y el republicano Sinn Fein, que aboga por la reunificación de Irlanda.
Johnson ha de salvar otro escollo para poder cumplir su promesa de sacar al Reino Unido de la UE el 31 de octubre, cuando expira la prórroga actual.
Sin el apoyo del DUP a la nueva versión del Brexit, el primer ministro corre el riesgo de perder también a los recalcitrantes conservadores antieuropeistas en la votación de ratificación del acuerdo, prevista en el Parlamento de Westminster en una sesión especial el sábado 19.
Su antecesora, Theresa May, fracasó en las tres ocasiones que sometió a voto el pacto de retirada acordado en el Consejo Europeo en noviembre de 2018.
El 19 de octubre se cumple además el plazo de una polémica ley promovida por una alianza de diputados que obliga al jefe del Gobierno a solicitar una extensión del Brexit si no ha cerrado para entonces el acuerdo con Bruselas.