"Hemos reiterado que es necesario resolver las preocupaciones conforme al acuerdo entre Damasco y Ankara, el llamado acuerdo de Adana de 1998", dijo Lavrov al subrayar que Rusia entiende "las preocupaciones legítimas de la República de Turquía por la seguridad de sus fronteras".
El jefe de la diplomacia rusa aseguró que Moscú buscará entablar el diálogo entre Turquía y Siria, así como entre Damasco y las organizaciones kurdas.
Según Lavrov, tanto las autoridades sirias como los representantes de las organizaciones kurdas manifestaron interés por dialogar.
"Estamos interesados en que la situación se apacigüe cuanto antes, en primer lugar, a base del principio del respeto a la soberanía y la integridad territorial de la República Árabe Siria", subrayó Lavrov.
Mediante el acuerdo de Adana ambos países se comprometieron a luchar juntos contra los terroristas y esforzarse para impedir que se propagasen a otros Estados.
El tratado fue suscrito después de que aumentaran los ataques del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, terroristas para Ankara) contra Turquía desde Siria, y llevó a Damasco a declarar también terrorista a esa organización y expulsar a sus líderes.
El 9 de octubre, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el inicio de la operación Fuente de Paz, en el noreste de Siria, que tiene por objetivo "neutralizar las amenazas terroristas contra Turquía y llevar a que se establezca una zona segura que contribuya al retorno de los refugiados sirios a sus hogares".
Las fuerzas turcas ya atacaron las localidades de Ras al Ain, Al Darbasia, Al Malikiya y Qamishli en la gobernación de Hasaka, así como los poblados de Tel Abiad y Ain Issa en la gobernación de Al Raqa.