El cráneo, con un cuerno cuya longitud es comprable a la de la altura mediana de un ser humano, lo descubrieron en la Tierra de Francisco José.
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Está en perfecto estado. El cráneo pesa más de 15 kilogramos.
"Tales hallazgos son extremadamente valiosos para la ciencia", dijo Iván Mizin del parque nacional Ártico Ruso.
Explicó que los narvales, también llamados unicornios árticos, mueren en el agua y, en consecuencia, se ahogan. Sucede que sus cuerpos son arrojados a la orilla por una ola. Pero, por regla general, estas son áreas de tierra remotas donde la gente prácticamente no aparece. Allí, las tormentas y el hielo los destruyen por completo.