Según EEUU, el país persa utiliza la táctica de venta secreta de petróleo al extranjero a través de petroleros fantasmas —buques iraníes que supuestamente desactivan los sistemas de señales o transmiten información falsa sobre la carga— con el fin de eludir las sanciones estadounidenses.
En referencia a esta información, Zangané comentó: "Utilizamos todos los métodos, hacemos todo lo posible [para exportar petróleo] y no nos rendimos. Todos los medios valen aquí. La exportación de petróleo es nuestro derecho legal".
Ante las tensiones en el estrecho de Ormuz, Irán anunció a mediados de agosto que en dos años sería capaz de exportar su petróleo, evitando pasar por esta vía fluvial, clave para la exportación de petróleo en el mundo.
Según el ministro, Irán utiliza sus propios recursos para implementar este proyecto, pero saluda también las inversiones, en particular, las procedentes de Rusia.
En conclusión, Biyán Zangané observó que Irán había logrado evitar completamente la dependencia de la importación de combustible a pesar de las sanciones introducidas en 2012, y ahora ha comenzado a exportar gasolina. En un futuro próximo, se prevé aumentar las exportaciones hasta tres millones de toneladas por mes, lo que supondrá unos ingresos de alrededor de 1,5 millones de dólares.