La orden de allanamiento fue presentada por el magistrado del Supremo Alexandre de Moraes en el marco de una investigación sobre ofensas, amenazas e informaciones falsas contra jueces de la corte, según el portal de noticias G1.
Moraes accedió a la petición y prohibió a Janot acercarse a "menos de 200 metros de cualquiera de los magistrados de la corte", así como acceder a la sede y los edificios anexos del tribunal.
El juez lo justificó para "evitar la práctica de nuevas infracciones penales y preservar la integridad física y psicológica de los jueces, abogados, funcionarios de la justicia y público general que diariamente recurren a esta corte".
El magistrado Moraes añadió que el hecho de intentar matar a un juez del Supremo es "gravísimo", porque las declaraciones de Janot sugieren que los que no estén de acuerdo con las decisiones de los magistrados pueden resolver esas divergencias usando "violencia, armas de fuego y hasta delitos contra la vida".
El jueves, Janot concedió entrevistas a varios medios en las que confesó que en 2017 pensó en asesinar a Mendes, después de que éste hubiera presuntamente mentido sobre su hija, acusándola de ser abogada de la empresa OAS, involucrada en el escándalo del Lava Jato que era investigado por los fiscales bajo el mando de Janot.
Además de autorizar allanamientos para incautar "armas, ordenadores, tablets, celulares y otros dispositivos electrónicos", Moraes ordenó interrogar a Janot, garantizando su derecho a permanecer en silencio.
El juez afirmó que las medidas eran necesarias para averiguar si hay más planes para atentar contra la vida de Mendes.
Janot y Mendes arrastraban diversas disputas relacionadas con la manera en que el entonces procurador conducía los casos del Lava Jato; en opinión del juez era demasiado punitivista y buscaba el espectáculo mediático.
La confesión de Janot, lanzada en el marco de la promoción de un libro que se pondrá a la venta próximamente, causaron estupor en la dirigencia política y judicial de este país.