"Dos millones de niños no asisten a las aulas, incluido casi medio millón de escolares que dejó la escuela desde que comenzó el recrudecimiento del conflicto en marzo de 2015", dice el texto.
"La violencia, los desplazamientos y los ataques" les impiden a los niños escolarizarse, aseguró la empleada de Unicef, agregando que se trata de "millones de menores" privados de su derecho a la educación y de la fe en el mejor futuro.
El comunicado destaca que una de cada cinco escuelas no puede ser utilizada para impartir clases a causa de la guerra, y los niños no escolarizados se ven expuestos al peligro de ser explotados como manos de obra barata, de verse obligados a participar en combate o a contraer matrimonios precoces.
Según el documento, el último año escolar la Unicef se encargó de pagar a más de 127.400 maestros y empleados de las escuelas un dinero que pudiera compensar sus gastos en transporte y alimentos.
Para la Unicef, resulta imprescindible tomar de inmediato medidas que permitan poner fin a los ataques contra los centros docentes y defender a los profesores, alumnos y empleados de los mismos, así como pagar a todos los que trabajan en la esfera de la educación mientras dure el conflicto.
Yemen vive desde 2014 un conflicto armado entre los partidarios del presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, y los rebeldes chiíes del movimiento Ansar Alá (hutíes).
El conflicto armado en Yemen derivó en una crisis humanitaria que, según la ONU, es una de las más graves del mundo: unos 24,1 millones de personas, es decir un 80% de la población total del país, requiere de algún tipo de ayuda humanitaria.